lunes, 31 de marzo de 2008

Simulacro, la representación estética de la simulación.


“El simulacro no es lo que oculta la verdad. Es la verdad la que oculta que no hay verdad. El simulacro es verdadero” Jean Baudrillard

¿Velatorio de la estética? Asistimos a un duelo de la imagen y del imaginario.
Revolcándonos en una retrospectiva interminable a los modos de representación primeros.

¿Fin de la representación, de su sistema y el final de la estética, se auguran en la pantalla fría o en la fotografía que todo lo devela?

Ante la ruina de la imaginación, de la imagen, emerge la representación binaria, unos y ceros, ceros y unos. Erigiéndonos dentro de un hiperrealismo que desmantela todo sueño e ilusión. El sujeto-imagen-objeto circula en los media , en el imperio de la cosa, que camina de la mano de la simulación.

¿Podríamos hablar de un cuerpo estético, o ya hablaríamos de un objeto hiperestético, ultraestético, megaestético, transestético, antiestético?
Cuerpo despellejado por la industria, saqueado de su principio, ¿no existe juicio estético?, ¿es un juego de economía de mercado, en qué se basa la representación?

Ser notados, ser vistos y ver, mirada dual, estar/ser sujeto de la contemplación del otro. Nos volvemos conscientes de nuestra corporeidad invocando al receptor.

El aislamiento solicita un modelo figurado, buscando a otros a partir nuestro espacio.