

El surrealismo, afianzando el discurso del trauma, tuvo también sus incursiones en el cine, David Lynch y David Cronenberg. Ya en 1976 en Eraserhead, Lynch manifiesta su gusto por la yuxtaposición surrealista y una exploración de la psique, mediante el uso de lo absurdo y banal. Un encuentro traumático con la realidad que se resiste a lo simbólico, y de la "mirada" como opuesta el "ojo", como una mancha en el mundo, le amenaza, le hiere. Retorno a la realidad "traumática", sin velos, sin pantallas protectoras, sin ilusionismos, sin ficciones, una realidad no representada, o simulada, sino "repetida", en las antípodas de lo simbolíco.
1 comentario:
fe de erratas:
simbólico
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